¿Qué herramientas podemos utilizar para hacer seguimiento y evaluación de nuestras políticas alimentarias?

Las entidades de la Red de Ciudades se reunieron para compartir y reflexionar sobre los pros y contras de diferentes modelos y herramientas de seguimiento y evaluación de sus políticas alimentarias en el último de los webinarios mensuales.

El pasado 25 de Junio, dentro de los webinarios mensuales que se celebran en los Itinerarios de Intercambio de las entidades de la Red de Ciudades por la Agroecología, con el impulso de Valladolid en este caso, decidimos dedicar el espacio a intercambiar y reflexionar sobre los diferentes modelos de seguimiento de las políticas alimentarias de nuestras entidades, y a conocer los instrumentos que se están diseñando para el seguimiento de la Estrategia Alimentaria de Valladolid. 

Durante la primera parte del webinario, estuvimos profundizando sobre los procesos y espacios de seguimiento generados para dos de las ciudades más grandes de la Red: Valencia y Madrid.

En el caso de Valencia, se optó por la creación de un Consejo Alimentario, un órgano reconocido institucionalmente por pleno, cuyo proceso de configuración ha sido más largo, pero que, de algún modo, ha conseguido una legitimidad institucional interesante para el medio-largo plazo, y al que se ha incorporado a todos los agentes locales relacionados con la alimentación, estén éstos más o menos vinculados a la agroecología. Esto permite un escenario de diálogo entre los agentes locales necesarios para las políticas alimentarias en el que la aproximación pedagógica hacia las transiciones necesarias, aunque requiere de cuidados, tiene cabida y puede ser de sumo interés. Los ritmos burocráticos se suelen señalar como la principal dificultad de todas las entidades que han optado por este modelo, y en el caso de Valencia se destaca como clave para agilizar la creación de Grupos de Trabajo.

En el caso de Madrid, se optó por un modelo de mesa de seguimiento, que aunque es legal, no está formalmente reconocido en pleno, pero permite más flexibilidad y reduce gestiones burocráticas. En ella han conseguido la involucración y coordinación de diferentes departamentos del Ayuntamiento, así como entidades sociales del movimiento agroecológico del municipio y otros agentes vinculados a la cadena alimentaria. Tras las exposiciones de estos dos modelos, algunas de las asistentes, como Valladolid y Barcelona, también compartieron sus experiencias y se estableció un interesante diálogo sobre claves y procesos. 

Por último, Juan Carlos Guerra, de la Universidad de Valladolid, compartió con las asistentes el proceso de creación de indicadores de seguimiento para la Estrategia Alimentaria de Valladolid en el que están inmersos, a partir de los indicadores del Pacto de Milán y de la Fundación RUAF, pero adaptándose no sólo a la propia estrategia de la ciudad, sino también al acceso a datos disponibles para que la labor de seguimiento fuera realmente operativa y sin requerir demasiado incremento de trabajo para el personal técnico municipal.