La capacidad de elección de lo que comemos y en cómo nos cuidamos es relativa pues hay múltiples condicionantes que la determinan. En el caso de las mujeres, su propio género es un factor que las sitúa en clara desigualdad . Existen estudios que indican que existe una relación entre los años de vida los ingresos y el género, penalizando fundamentalmente a las mujeres pobres [29]:
- La menstruación, la pubertad, la maternidad, la lactancia o el envejecimientose son momentos donde se hace negocio a partir de la ‘suplementación’.
- La anorexia o la bulimia se dan en mayor medida entre adolescentes mujeres, un 90% más exactamente [107].
- La anorexia es la tercera enfermedad crónica en estas edades. Se han incrementado los sentimientos de rechazo del propio cuerpo desde muy niñas. (Un 5% de adolescentes entre 13 y 18 años la sufre).
- Un 40% de las niñas desde los 9-10 años está haciendo dieta y casi un 90% de las mujeres adultas manifiesta que desea perder peso. [108].
- El sistema agroalimentario hace negocio de la imagen estereotipada del cuerpo de la mujer, ofreciendo productos dietéticos, hipocalóricos, etc. Existe consenso sobre lo difíciles que son los tratamientos de la anorexia y la bulimia, y en la importancia de la prevención.
Para saber más: Álvarez, I. La salud y la alimentación desde la mirada feminista. En: Salud y Derecho a la Alimentación. Bienestar, equidad y sostenibilidad a través de políticas alimentarias locales. Valladolid, España: Fundación Entretantos y Red de Ciudades por la Agroecología.
[29] VSF Justicia Alimentaria Global, Viaje al centro de la alimentación que nos enferma. 2016
[107] Muruaga, S., «Una perspectiva feminista sobre la anorexia nerviosa», www.elplural.com, 2016. [En línea]. Disponible en: https://tribunafeminista.elplural.com/2016/08/una-perspectiva-feminista-sobre-la-anorexia-nerviosa/
[108] Madruga Acerete, Diana, Leis Trabazo, Rosaura, y Lambruschini Ferri, Nilo, «Trastornos del comportamiento alimentario: Anorexia nerviosa y bulimia nerviosa.», en Protocolo AEPED.
