Un encuentro fértil y cargado de futuro

Dos días. Quince horas de sesiones de trabajo. Veintiún ponentes y otras tantas ponencias; quince ciudades representadas de siete países, así como cuatro redes y organismos internacionales. Ciento cincuenta asistentes; dos talleres participativos paralelos; dos idiomas oficiales y otros tres o cuatro oficiosos; una visita, doscientas cuarenta comidas,… un programa densísimo que ha puesto a Zaragoza, durante los días 13 y 14 de diciembre, en el centro del movimiento de ciudades europeas por la agroecología.

Un programa que nos ha llevado de Friburgo a Liverpool y de Milán a Gante. De los instrumentos urbanísticos en la planificación de los maltrechos tejidos agrarios periurbanos, a los circuitos de comercialización agroecológicos; de la emoción del encuentro con el hortelano en el mercado mensual a la magia del compostaje y el cierre local de los ciclos de la materia y de la energía.

Unas jornadas que nos han llevado, por fin, al nacimiento de la Red europea de ciudades por la agroecología que nace, pese a la sobrecarga de las agendas de sus participantes, con el ánimo de convertirse en un espacio de intercambio de experiencias y reflexión para abordar los retos más sobresalientes detectados en las jornadas: la economía circular, las plataformas de distribución y logística, la planificación territorial, etc.

Ciudades que se unen para trabajar alrededor de los retos que les unen, y que les conectan con otras redes y estructuras de las que ir de la mano. Y en eso, Zaragoza fue, en estos días de nebuloso diciembre, un crisol donde se tejieron luminosas alianzas de ciudades con ciudades, de administraciones con movimientos sociales: de personas con personas.

¡¡Mil gracias a todas y todos los que lo habéis hecho posible!!

 

PD: En las próximas semanas os iremos contando con más detalle todo lo que ha ocurrido estos días y trasladando aquí los documentos y materiales con los que hemos trabajado en este encuentro.